lunes, 19 de marzo de 2018

LA IGLESIA CONSTRUYE EL REINO DE DIOS

LA IGLESIA CONSTRUYE EL REINO DE DIOS

El cristiano, constructor del Reino

La tarea fundamental que nos dejó Jesús fue la construcción de su Reino: Reino de amor, justicia y paz. Por esto, todos y cada uno de nosotros debe trabajar para que la humanidad entera llegue a ser una gran familia, donde reinen la fraternidad y la paz. Y para lograrlo, es preciso que practiquemos el mandamiento del amor, tanto de manera personal como comunitaria.
•             De manera personal. Desarrollando acciones a favor de las personas, en especial de los más necesitados.
•             De manera social. Luchando contra todo aquello que oprime al ser humano y le impide su realización. En síntesis, la comunidad cristiana debe trabajar por la defensa y promoción de los Derechos Humanos.
En especial, en América Latina y el Caribe, la comunidad cristiana debe ser valiente, decidida, clara y comprometida con el ser humano, de modo que sea cada vez él mismo, dueño de sus decisiones, de sus actos y de su vida.
Para conseguir este objetivo, los cristianos contamos con el testimonio vivo de Jesucristo, que se hace presente en el mundo actual por medio de la Iglesia y del Espíritu Santo, que nos ilumina y ayuda en esta acción salvadora; llevando a la Iglesia a vivir plenamente su naturaleza: anunciar a Cristo: la misión.

Lo mejor del reino


Al rey le gustaba probar la sabiduría de sus súbditos, al igual que su grado de responsabilidad y sus mañas, para lograr que hicieran lo que él necesitaba. Pero le gustaba también aprender de todos y ser así cada vez más sabio. Un día llamó a uno de sus sirvientes y le dijo: “Tráeme la cosa mejor que encuentres en mi reino”, poco tiempo después, el criado volvió con una lengua sobre una bandeja de oro. “Majestad —dijo—, la lengua es la cosa mejor. Con ella se alaba a Dios, los enamorados se declaran su amor, los educadores enseñan la sabiduría, los políticos acuerdan la paz, las familias recobran la armonía con la lengua cantan las hazañas de su majestad, y con su lengua nos da las sabias instrucciones”. Al oír esto, al rey le picó la curiosidad por saber qué era lo peor de sus dominios. Entonces, envió a su criado para que buscara la cosa peor de su reino.
En un récord de tiempo, volvió el criado. Y ¡oh sorpresa!, esta vez también traía una lengua. “Majestad —dijo—, la jangua maldice a Dios, enturbia o destruye el amor de las personas, crea odios y desconfianzas, hiere, incita al crimen, destruye las comunidades y hasta mata. Con la lengua se  destruye mucho de lo que su majestad hace de bueno”.
El rey quedó muy preocupado con las reflexiones de su  criado. Entonces, haciendo uso de su sabiduría, mandó que en todo su reino se colocaran placas con una inscripción: “de los demás o hablar bien o no hablar” . Todo aquel que no cumpliera con este mandato, sería expulsado del reino.

Alfonso Francia, Educar en valores con parábolas de hoy

REFLEXIONA
  1. ¿Cuál es la enseñanza de la historia? 
  2. ¿Qué relación tiene con la construcción del Reino de Dios?
  3. ¿De qué maneras debemos practicar el amor para construir el Reino de Dios?
  4. ¿Cuáles son los retos que debe afrontar la Iglesia para promover la justicia, la paz y el amor en tu barrio?
  5. ¿Qué factores impiden que el ser humano se sienta un ser social?


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